PEDRO AREVALO
FOLKLORISTA ANDANTE
LR – 70 AÑO DE PUBLICACION: 1966 FORMATO DISTRIBUCION: Vinilo monofónico
"Tiene alma de folklore. Es una voz que surge con acento entrañable y con un dejo de angustia. Este fenómeno debe anotarse de modo especial. En el folklore hay siempre un sentido de lo inédito, de lo que nace. ¿Y qué nace sin dolor? "
Se oye cantar a PEDRO AREVALO y se hace silencio. El público lo siente suyo, intérprete de sentimientos recónditos, de rebeldÃas y quietudes que también le son propias. Aún en los agudos, en que es fácil bordear con el grito, la melodÃa se sostiene. Y cuando la voz baja de tono asoma una ternura viril.
En estas condiciones, a mi juicio, está la base del arte interpretativo de AREVALO. En una conjugación espontánea de humanidad de ahora y a la vez antigua.
Por esto es folklorista. Ahora, respecto a sus composiciones, cabe decir algo similar: revelan al hombre de siempre".
JOSE MARIA PALACIOS
Un bolso de mano, a veces alguna guitarra, componen todo el equipaje con que Pedro Arévalo se moviliza a través de Chile. Es el más auténtico investigador folclórico nuestro; canta, toca la guitarra, instrumentos de percusión; trabaja la arcilla, talla la madera; teje en telares; enseña bailes, etc. Aprende y enseña, en sÃntesis, todo lo que el pueblo sabe y se identifica plenamente con la región que ocasionalmente visita.
Es un vagabundo; pudo haber sido un trovador; preferimos decirle Folklorista Andante.
¿Dónde se le puede escuchar? Posiblemente en ValparaÃso donde tiene instalado un Museo (El Caserón, en Dimalow 209) de artesanÃa popular chilena; pero también lo pueden encontrar en cualquier punto del paÃs, tocando o bailando, enseñando y aprendiendo al mismo tiempo.
AsÃ, un dÃa aquÃ, otro allá, se desplaza sin apuros, sin ambiciones, modestamente, pero con la permanente inquietud de encontrar algo más de este folklore chileno, para muchos desconocido, para otros recogido cómodamente en salones o grandes ciudades.
En la muestra que ofrecemos ha incluido canciones del Norte Grande, Centro, y Sur del paÃs. Todas con letra y música que le pertenecen, excepto Blanca Rosa del Castillo, un "valse" del folklore del siglo pasado. En todas ellas podremos admirar la destreza y cariño con que ejecuta los diversos aires de otras tantas regiones. Esta es la presentación, sencilla y breve de un cantor chileno que sigue buscando incansable-mente la esencia viva del folklore.
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